Twisted Plans



Summary: Edward Cullen: Talentoso abogado, conquistador nato y sin escrúpulos, está listo para el golpe maestro en su plan de venganza contra Isabella Swan, su enemiga de toda la vida. Pero... ¿Qué pasa cuando la conoce? ¿Es capaz de comprometer su carrera... y su corazón?







¿Quién era ELLA? Su nombre es Isabella Swan, única propietaria de la más grande editora del país y a quien en el transcurso de las próximas semanas iba a humillar, hacerla caer y rogar por perdón.


¿Quién era yo? ¡Ah sí! Mi nombre es Edward Cullen y mi meta más cercana: Destrozar la vida de Isabella Swan a como dé lugar...








Sinceramente no sé como lo lograba sin el apoyo y consejo de mis padres, pero allí estaba yo. Una "niña" recién salida de la universidad y a cargo de la más grande editorial del país, pero yo debía demostrarle a todo el mundo que era fuerte, era Isabella Swan y los Swan jamás se rinden. No era más una simple "niña"…porque las niñas grandes no lloran, ¿no?








Capítulo 3: Primer Encuentro

Bella hija, no importa cuán fuerte sea la tormenta, al final siempre se acaba y viene la calma.









- Va a ser un placer trabajar contigo Edward – Dijo sonriendo mientras tomaba asiento – ¡Dios, qué hermoso sonaba mi nombre en sus labios! Esta mujer definitivamente seria mi perdición, su innegable belleza y fuerte pero tan segura personalidad me arrasó como el más fuerte huracán, aquellos que solo dejan devastación a su paso. En cuestión de segundos Isabella estaba destruyendo todo: mis planes, mi mente, mi vida… - Edward... ¿Deseas algo de tomar antes de empezar? – Dijo mientras acercaba su boca al intercomunicador que estaba sobre la mesa. Algo de tomar, lo dudo. Necesito una docena de cuchillos, una rueda giratoria y una venda para los ojos, y que en el centro me pongan a la desgraciada de mi suerte porque esta vez si me las iba a pagar – Solo un vaso con agua, por favor.










Al momento de hacer la presentación formal y estrechar su mano sentí una sensación sobrenatural pero a la vez hermosa. Todo mi cuerpo se estremeció por miles de pequeñas descargas de energía que el contacto con la piel de Edward me trajo, retiré mi mano asustada y tomamos asiento. Al parecer Edward estaba al igual de impactado que yo, su lívido rostro y mirada perdida así lo denotaba. No me encontraba en capacidad de empezar con la conversación pero aun así lo hice. Edward estaba sorprendido por mi juventud así como yo lo estaba de su belleza.

Canción del capítulo: Too Lost In You - Sugababes






Capítulo 6: Descontrol


Sin duda recordaría la primera imagen que tuve de ella y que me había perseguido todo el día: Hermosa, etérea y vulnerable, esa era Bella Swan, el ángel y que distaba bastante de Isabella Swan el demonio: Imponente, calculadora y enemiga.

"Estúpido, Bella e Isabella son la misma persona. O te metes con las dos o no te metes con ninguna. No son el Dr. Jekkyl y Mr. Hyde" - Habló la molestosa voz.


Canción del capítulo: Monster - Skillet




Capítulo 7: Hombres: Mi pasado, Presente...¿Futuro?

Nunca subestimes al poder de una mujer en tacones

Canción del capítulo: I run to you - Lady Antebellum






- Que descanses tú también Isabella, hasta mañana.- la vi entrar con una sonrisa en su rostro y caminé hasta el auto. Me quedé unos minutos allí sentado sin poder de reacción. La sonrisa en el rostro de Isabella me decía que le había gustado, pero yo estaba más que extasiado. Hace mucho no sonreía tan pendejamente como ahora, sin mencionar lo confundido y jodido que estaba. Ya ni siquiera podía diferenciarla como el Dr. Jekkyl y Mr. Hyde; esta noche yo había cenado con mi Bella, mi dulce, pequeña y vulnerable Bella...


Canción del capítulo: Paralyzer - Finger Eleven






– No todos los mortales tenemos la agilidad que tienes tú y tus dedos de pianista, ¿Lo sabías? Fruncí el ceño. Edward volvió a tomar la cajita y arrastrándose despacito por el sofá, acortó la distancia. Ahora solo unos cuantos centímetros nos separaban.
– Vamos Isabella, tienes que comer.– Tomó un pedazo de chuleta y lo acercó a mi boca. Lo saboreé despacio porque estaba realmente delicioso. Él me sonrió y tomó la cajita de fideos que yo había abandonado. Con maestría enrolló los fideos para nuevamente darme de comer.
– Muy bien Be...– hizo un pausa – Umm Isabella, ¿Ves que no es difícil?– asentí levemente mientras masticaba. Sus ojos brillantes y su sonrisa ladeada estaban causándole serios problemas a mi ritmo cardíaco esta vez, su cercanía y aroma me estaban volviendo loca. Agreguémosle el hecho que Edward me estaba alimentando como a una niña pequeña. Resultado: ¡Estaba completamente excitada!







Capítulo 10: Examen de Conciencia


– Buenas noches ¿Desea usted una almohada más grande para su esposa?– era la azafata. – Muchas gracias, pero estamos bien así – Respondí. Un momento, un momento ¿Dijo ella esposa? No, no, no. Isabella era mi esposa ¿Daba la impresión de que así era?. En todo caso tampoco quise desmentir su suposición, ya era tarde para hacerlo.
– Vamos a apagar las luces, que descanse– una vez dicho esto se retiró, no demoré en quedarme dormido.
Cerca de una hora después, sentí a Isabella removerse inquieta. Abrí lentamente los ojos tratando de adaptarme a la escasa luz que había. Ella estaba teniendo un sueño al parecer, su ceño estaba fruncido y sus manos formando un puño. Aun así se la veía adorable. Al cabo de unos segundos relajó su postura y volvió a tener un semblante pacífico. Pretendía volver a cerrar los ojos cuando la escuche decir:

...Edward...

Canciones del capítulo: Need You Now - Lady Antebellum
               Disarray - Lifehouse





Finalmente se volteó y abrió los ojos...
– Dame una oportunidad... Estoy aquí, de pie justo frente a ti.– Isabella gimió a causa de la sorpresa. Mi plan de conquistarla se estaba yendo al carajo, lo debía admitir: Era ella quien me estaba conquistando a mí.
– ¿Qué... ¿Qué dijiste?



Canciones del capítulo: First Time – Lifehouse
                                                                   Standing right in front of you – Keith Urban




– No Isabella, no iré a ningún lado. No puedo ir a ningún lado... – ¿No podía ir a ningún lado? ¿Edward no había traído su auto? No recordaba como habíamos llegado a casa.
– ¿No tienes como irte? Voy a pedirle a Billy que te lleve a casa. – hice el intento de salir de la cama pero su fuerte brazo lo impidió.
– No, Isabella... No puedo ir a ningún lado porque no quiero ir a ningún lado, mi lugar está aquí, contigo – confesó casi en un susurro. La distancia entre nosotros era mínima, su aliento a menta era capaz de hacerme olvidar hasta mi nombre.
– Edward yo...– no pude articular una palabra más. Su perfecto dedo índice comenzó a dibujar suavemente la línea de mi mandíbula. Un ligero estremecimiento atravesó mi cuerpo.






Capítulo 13: Derribando el Muro



Eres una persona maravillosa Isabella, fuerte pero a la vez frágil. Y quiero protegerte, yo necesito protegerte, es mi tarea hacerlo.
– Yo, yo lo he pensado Edward. Sería algo insensato, bastante fuera de lo común, sin mencionar lo loco y arriesgado, pero...estoy dispuesta a intentarlo. Si, Edward… acepto estar contigo. – dijo esbozando una pequeña sonrisa. Respondí con otra sonrisa y sin más, me puse de pie y camine hasta su silla donde de rodillas le robé un tierno beso.
– Esas dulces palabras eran todo lo que necesitaba oír – dije alejándome de ella aún con los ojos cerrados.
Al abrirlos algo extraño sucedió, ella estaba sonriendo y por primera vez en todas estas semanas no vi a Isabella, vi a Bella... La Bella que estuvo allí todo el tiempo y que siempre me negaba a reconocer, la Bella que soñaba con tener en mis brazos, la Bella a la que imaginé haciéndole el amor, a la Bella que me había cautivado ese día en la puerta del edificio, a Mi Bella. Mas piedras se escucharon caer en mi cabeza, esta vez eran más grandes que las anteriores, el desmoronamiento era inminente. Un último empujón y todo el muro se habría venido abajo.

Canciones del capítulo: Halo - Beyonce.
                                                                    Those sweet words – Norah Jones





Pasé mi mano delicadamente por sus rizos unos minutos después, sentí el ritmo de su respiración ralentizarse un poco, noté entonces que mi Bella se había quedado dormida. La removí despacio de nuestro abrazo y me levanté. Tomé una de las sabanas que se encontraban al borde de la cama y envolviéndola a mi cintura, salí de la habitación al recibidor con mi pantalón en mano, no sin antes ocuparme de cubrir a mi pequeña con el edredón.


La decisión había sido tomada en el mismo momento en que Bella había ofrecido su cuerpo como un santuario para mí, así que era cuestión de hacer la única cosa que me impedía disfrutar por completo la felicidad que sentía esa noche. Fui hasta el mueble donde nuestras primeras caricias habían tomado lugar. Me senté y tomando de uno de sus bolsillos del pantalón mi celular, marqué.

– Hola Tanya? El plan se cancela a partir de este momento. Necesito que retires la demanda contra Swan Editors mañana mismo – Sin espera a una respuesta del otro lado, solo cerré la llamada y me puse de pie para regresar a la cama junto a Bella.

Canciones del capítulo: Feels like Home - Chantal Kreviazuk
                                Till there was you – The Beatles.
                                                I've got you under my skin – Frank Sinatra




Capítulo 15: Un Despertar Diferente


– Ha sido esta mañana mientras hacíamos el amor en esa bañera que acepté por fin que aquella entrega y devoción que tengo hacia Bella debe ser causa justamente de eso: Amor... Así es abuelo, yo Edward Anthony Cullen amo a Isabella Marie Swan con locura – suspiré después de semejante verdad. Me mantuve un rato en silencio, necesitaba asimilar mis propias palabras sin duda. – Lo siento, pero no voy a destruir a la mujer que amo. – me puse de pie y di una última mirada nostálgica a la lapida del abuelo antes de irme.



Canciones del capítulo:  You Are The One – Elliott Yamin.
                           You won – Keith Urban




Bella me había dado todo, había devuelto en mí las ganas de sonreír, de vivir. Yo amaba a esta mujer con cada fibra de mi cuerpo, y haría lo que fuera posible para que jamás se aleje de mi lado. Ella era perfecta, mi hermoso ángel. Una de mis manos viajó hasta su pecho y con las yemas de los dedos los toqué, eran tan suaves. Incliné un poco la cabeza usándolos como mi almohadita personal, calientita y suave ¡Como adoraba sus pechos! Me quede escuchando por un largo rato el latido de su corazón que para mí era el sonido más bello que jamás había escuchado, podría pasar horas escuchándolo. La sentí removerse un poco y regresé mi cabeza a mi posición original. Una vez más la escuché hablar en sueños.
– Mi Edward...te amo...








El calor que emanaba su cuerpo me había arrullado hasta hacerme caer en un profundo sueño. Recordaba haber dejado un beso en su vientre donde había dejado mi simiente después de un poderoso orgasmo. Susurré sobre su piel:


"Este será tu hogar bebé, el lugar donde mami te llevará cuando yo la embarace"


Definitivamente Bella había cambiado mi vida, pasé de ser un maldito promiscuo vengador a un rendido novio enamorado y ahora a un soñador hombre deseoso de formar una familia. Había pensado en ello mientras componía la última parte de su nana esta tarde. Mientras componía muchas imágenes se arremolinaron en mi cabeza: Veía a mi pequeña Bella sonriente con un vestido blanco y vaporoso jugueteando nerviosa con un bouquet en la mano, en otra imagen la veía acariciando con cariño su vientre algo prominente mientras cantaba una dulce canción, y en las ultimas la veía amamantando sobre una mecedora a una hermosa bebe de cabellos rizados del color del chocolate. Y lo vi todo… y lo quise todo a la vez. Quería ese futuro con Bella, viéndola como mi esposa, mi amante, mi confidente y madre de nuestros bebes. Quería esa familia, y quería a esa bebé… mi bebé…


Canciones del capítulo: 18th Floor Balcony – Blue October
                      Raise Your Glass – Pink






– Te amo...te amo...te amo tanto Edward...– dije repetidas veces sobre sus labios. El me abrazó con fuerza en ese instante. Sus movimientos habían empezado a detenerse hasta llegar a ser un ligero vaivén. Aun dentro de mí, y sin dejar de abrazarme juntó mi frente con la suya. Nuestras miradas se conectaron en ese instante. No necesitamos decir nada, el silencio que nos envolvió era perfecto. Ambos queríamos inmortalizar ese momento, hacer de él nuestro propio momento de eternidad.
– Te amo mi pequeña... – me susurró luego de un rato. Después de besar mi sien, acercó sus labios a mi oído despacito y con sus ojos cerrados susurró – Cásate conmigo Bella… – y sentí que el suelo desapareció bajo mis pies…



Canciones del capítulo: Fight For Love – Elliott Yamin
                                         Everytime We Touch – Cascada




Capítulo 19: Para Toda La Vida

Mis labios viajaron un poco al sur para besar su vientre plano, pensé en ese momento que hermosa se vería Bella algún día cuando estuviera esperando nuestra bebe, su pancita hinchada mientras llevaba un pedacito de ambos allí adentro. Besé cada centímetro de su cintura y caderas mientras soltaba las tiras de ambos lados de la parte baja de su bikini. Al dejarlo caer me deleité visualmente con su pequeño sexo, era perfecto para mí. Despacito llevé mis labios hasta su monte y no demore en perderme en las sensaciones que darle placer a mi pequeña me provocaba.
Llevé uno de mis dedos a su interior y la sentí húmeda por completo. Acaricié su clítoris despacito y ella soltó un jadeo sonoro.
– Edward... Yo...te quiero...adentro – mientras me ubicaba entre sus piernas me deshice de mis bermudas y ropa interior.
– Te amo Isabella Swan… y prometo amarte… para toda la vida – dije al entrar en ella. Mi Bella cerró los ojos con fuerza. Cada vez que le hacía el amor a mi pequeña era como si el mundo se detuviese por un momento. La perfección con la que encajábamos mutuamente era asombrosa, estábamos hechos el uno para el otro como las piezas de un puzzle.
– Yo también te amo Edward Cullen...para toda la vida– musitó bajito.


Canción del capítulo: Rest Of My Life - Bruno Mars




Capítulo 20: Entre Culpas y Miedos…

– Será niña Bella, una pequeña igual a ti, con tu misma pequeña nariz y tus mismos hermosos pozos chocolates – dejó un beso en mis parpados – con tus adorables sonrojos, y tus redonditos labios – dijo antes de besarme tiernamente. Me aferré a su cabello haciendo el beso más demandante. El se acomodó de tal manera que aunque estaba sobre mí, no sentía un solo gramo de su peso. Comencé a desabotonar su camisa ¿Acaso era posible que este bebé además de tenerme vomitando y soñolienta, además haya incrementado mi apetito sexual? Sonreí para mí. Cuando rompimos el beso Edward bajó nuevamente a mi vientre.

– Bebé, voy a hacerle el amor a mamá. No te vayas a asustar con lo que vayas a ver a ver allí adentro, aunque ese aparato que le metieron a mamá es bastante más terrorífico de lo que tiene papá. ¿Sabes algo gracioso? Mami se asustó la primera vez que vio lo que tenía tu papi allí abajo – sonrió – No te voy a hacer daño bebé, solo quiero compartir con mamá todo el amor que papá le tiene – finalizó con un beso en mi pancita.

– Edward, los bebes no escuchan hasta después de algunas semanas – dije acariciando sus mejillas.
– Ella nos escucha, lo sé… somos sus papas. La concebimos con amor, y por lo tanto nos escucha pequeña – sonreí ante su declaración. Enseguida me besó y me ayudo a quitarme su vieja camiseta. Su ropa no demoró en desaparecer y después de cerciorarse que estaba lista para recibirlo, se introdujo en mi con lentitud.

– Te amo mi pequeña – sus movimientos eran lentos mientras nos acoplábamos. No tardó en encontrarle el ritmo a sus embestidas. – Estas – dijo mientras besaba despacito mis pechos – pronto serán… las que alimenten a nuestra bebé, pero esta…– dio un beso en la mitad de mi pecho – Esta pequita será siempre de papá



Canciones del capítulo: Breath Me – Sia
                                                           Having My Baby – Paul Anka
                                                                     Have you ever really loved a woman





Cerré la llamada y guardé su teléfono en la bolsa. Me arrastré por el piso y tomé la foto de Bella y la bebé.

- ¿Donde están? – Grité agarrando mi cabello con fuerza - ¿Dónde están? - Volví a gritar desesperado. Un pitido ensordecedor resonaba en mis oídos, me sentía mareado, y sin fuerzas. Recosté mi cuerpo en el piso pero algo me impidió hacerlo por completo: La cajita de terciopelo negro que estaba en mi pantalón. La saqué y admiré el pequeño anillo que se suponía a esta hora Bella estaría luciendo con orgullo en su dedo, un memorial de la promesa de unir nuestras vidas para siempre.

Apoyé mi cabeza en el frio suelo mientras sostenía el anillo con fuerza. Sentí en ese momento que mi corazón se rasgó en mil pedazos. Que la respiración me faltó, que el alma se me escapó en un último suspiro…

No logré resistir un segundo más y rompí en llanto, en el más triste, doloroso y desgarrador llanto de toda mi existencia.

Bella se había ido…
Mi bebé se había ido…
Mi vida… se había ido con ellas…


Canciones del capítulo: One day like this - Elbow
                                                     Just the way you are - Bruno Mars
                         Sorry - Daughtry






– Ellos no te pueden hacer daño mi pequeña. Estás segura con mamá…– dije hipando antes de volver a romper en llanto. No tardo la verdad en golpearme nuevamente. El hombre que amaba no era más que una simple ilusión, una mentira tras otra habían convertido al amor de mi vida, al padre de mi bebé en un desconocido para mí.
Todo lo vivido en los últimos cuatro meses había sido una jodida mentira:
Sus besos...
Sus caricias...
Sus palabras...
Sus acciones...
Todo era una maldita farsa, un plan diseñado para hundirme, para llevarse todo de mi: mi dignidad, mi dinero, mi vida...
– ¿Cómo pudiste ser tan imbécil Bella Swan? – repetía golpeando una y otra vez mi cabeza en la puerta. – Dios, si me oyes explícame ¿Por qué permitiste esto? ¿Por qué te empeñas en destruir mi vida una y otra vez? Primero mis padres y ahora ¿Esto?– La presión de mi pecho y la falta de aire no me permitió seguir hablando. Un rato después escuché la voz de la desconocida acercarse al elevador y permanecí callada. En cuanto escuché la puerta del elevador abrirse contuve la respiración al imaginar quien podía estar dentro de él.








Me acosté en mi lado de la cama y el vacío que experimenté fue enorme. Cerré los ojos un momento y me volteé hacia el lado derecho. Me concentré con fuerza y la imaginé sonriéndome mientras yo acariciaba su vientre y ella acariciaba mi cabello. Se sentía tan vívido ¡Tan real!
– Bella ¡Te extraño tanto mi amor! – Dije sollozante aún con los ojos cerrados – Elizabeth bebé, ¡vuelve con papá mi cielo! ¡Mamá me hace demasiada falta princesa! – Abrí los ojos y sequé mis lágrimas, el lado de su cama se veía tan frio así que me puse de pie y abrí el armario donde estaba su ropa. Tomé unas cuantas blusas y un par de faldas que allí había y las dejé por toda la cama. Aspiré su aroma, olían tanto a Bella. Entre lágrimas y recuerdos logré quedarme dormido, nuevamente la veía llorando mientras le hablaba a su vientre. Escuché una voz durante mi sueño, volteé y encontré a Tanya sentada en la sala de mi departamento sonriendo junto a mi tablero de ajedrez.

Perdiste esta partida Edward...Yo tengo a tu reina



Canción del capítulo: Tu lugar - Francisco Terán








Capítulo 24: Un Pasado Retorcido

Diario, quiero confesarte que aunque sé que lo que estoy haciendo es una locura es lo mejor para mi hijo. Edward no volverá a mí, el sueño del príncipe que rescata a la princesa quedó solo en eso, un sueño del que debía despertar lo más pronto posible; y aunque jamás ame a Charles de la forma que amo a Edward, él es mi única puerta de escape para terminar con este infierno. Si algún día Edward llegase a leer esto quiero que sepa que él es el único hombre que amo con locura, es el hombre que llevo tatuado en el corazón, que a pesar de los años y las generaciones nuestras vidas siempre estarán enlazadas de alguna manera, porque amor como el nuestro es como la tinta indeleble en el libro de la vida… imposible de borrar.







Capítulo 25: Jaque...¿Mate?



– ¡Eso es mentira! – Grité con fuerza – ¡Tu cuerpo es mío! ¡Tu alma es mía! ¡Solo yo puedo besar tus labios, tus dulces labios! ¡Yo soy el único que puede hacerte el amor! – La tomé por el rostro y apoyé mi frente a la suya – Mi pequeña… dime que es mentira. Lo estás diciendo para hacerme daño mi amor, tu no pudiste hacernos esto – dije mientras tocaba su vientre con mis manos, una familiar corriente eléctrica me recibió. Recordé con tristeza que allí muy tranquilita estaba mi hija, el fruto de mi amor con Bella… mi pequeña princesa Elizabeth.
– Suéltame Edward – rogó con un susurro – Mi padre me está esperando y debo irme – Ante situaciones extremas, ¡medidas extremas! Me puse de rodillas en ese momento y poniendo mis manos en su cintura me acerqué a ella.
– Estoy de rodillas aquí frente a ti, pidiéndote con todas las fuerzas de mi alma que me perdones. ¡Lo siento tanto Bella...! Hija – dije mientras apoyaba mi cabeza en su pancita – Elizabeth, mi princesa hermosa, te amo... ¡Por favor perdóname! – sentí en ese momento un ligero movimiento en el vientre de Bella. Abrí los ojos como platos y alcé la cabeza para ver la reacción de Bella, ella también se había sorprendido por el inusitado movimiento de la bebé.
– Ella... – musitó – Acaba...de moverse... por primera vez – susurró mi pequeña con una lágrima escapándose de sus ojos. Bajé la mirada para centrarla en el vientre de mi Bella.
– Hola princesa, papá está aquí – dejé un beso en su pancita – ¿Me recuerdas mi cielo? ¿Verdad que reconoces a papá? – puse una mano y sentí otro movimiento. Quise gritar, esta vez de felicidad ¡Mi hija me reconocía! ¡Reconocía mi voz! – Mi bebé... ¿Sabes que papá te ama mucho? Si princesa, papá te quiere de vuelta en casa y te compuso una canción… una canción en piano, ya quiero que la escuches mi pequeñita – susurré mientras acariciaba despacito el lugar donde mi hija había pateado por primera vez – Papá las extraña mucho, vuelvan a casa por favor – besé nuevamente su vientre mientras unas cuantas lágrimas mojaban el vestido de Bella.

Canciones del capítulo: One Last Chance - Daughtry
                               Marie - Randy Newman





Capítulo 26: Promesas

– ¿Sabes que papá espero mucho sentirte por primera vez? – Comenté con un tono esperanzador – Aunque las circunstancias eran diferentes en mi sueño – susurre para mí. Sacudí la cabeza y cambié el rumbo de mi monólogo – ¿Te cuento un secretito? Papá había preparado una sorpresa para mamá, una sorpresa que le daría el día de su cumpleaños y aunque mamá no esté con papá ahora igual vamos a sacar adelante la sorpresa ¿Quieres saber qué es? Papá va a comprar una casa para los 3, una muy linda casa para nosotros mi chiquita. Papá va a preparar una habitación muy bella para cuando tú llegues Lizzie – le dije cariñosamente – Tu habitación tendrá una cuna preciosa, la vamos a cubrir con un edredón de muchas flores. Las paredes serán rosa con apliques muy lindos, habrá una mecedora para cuando mamá tenga que darte el pecho, alfombras suavecitas para cuando camines no te golpees muy duro y peluches, muchos peluches por todos lados para que juegues con ellos. Papá va a hacer una E muy grande, la vamos a colgar en una de las paredes y va a quedar hermosa ¿Sabes por qué? Porque la princesa y papá comparten la misma letra, si mi amor yo soy Edward y tu eres Elizabeth. Espero que mamá no se ponga celosa aunque para ella podemos pintar su nombre en la pared y ponerle muchas huellitas de bebé, son las marquitas que ustedes dos han dejado en mi corazón – sonreí al imaginar vívidamente la habitación que le estaba describiendo a mi hija – Podemos pintar mariposas en el techo y por todas las esquinas si quieres. ¿Te gusta la idea? – Pregunté ilusionado – Si mi bebé, serán muchas mariposas de colores que vuelen, que vuelen muy alto y que cuiden a mi princesa cuando duerme.
Recordé en ese momento que era poco el tiempo que me quedaba allí dentro por lo que me moví un poco y me acerqué al rostro de mi Bella.
– Amor, regresa a mi por favor. Te amo tanto, a las dos – dije con una mano en su vientre. Mis lágrimas mojaron su rostro que seguía muy tranquilo – Yo sé todo el daño que te hice pequeña, lo siento tanto mi amor, lo siento – me acerqué con cuidado y besé sus ojos. Despues de unos instantes de susurrarle entre lágrimas cuanto la amaba, tomé su mano y la acaricié con ternura. Cerré los ojos... Y oré despacito.
- Dios, Tu sabes... Nunca he necesitado hacer una oración. Tu siempre me lo diste todo. Pero te pido hoy - me corregí - no, no, no... te imploro que regreses a mi pequeña Isabella. Déjala vivir, por favor Dios... ¡Por favor! - rogué con fuerza con el poco de voz que me quedaba - Déjalas vivir, no te las lleves de mi lado. Renunciaré a Bella para siempre, solo...solo permíteles seguir con vida.. Deja vivir a mis pequeñas y yo te prometo a cambio nunca más volver a verla. Te lo puedo jurar, por la vida de mi hija, que si Tu permites que Isabella viva, ella jamás sabrá de mí. Me iré lejos y ambas podrán ser felices. Yo quiero que ellas sigan viviendo, aunque eso... - tomé un respiro - Aunque eso signifique incluso mi propia muerte.

Canción del capítulo: White Flag - Dido


Video recreando la conversación de Edward en la UCI










– Hola Bella…– la saludé de manera tímida desde el otro extremo de la habitación. En cuanto lo hice ella se llevó las manos a su pancita y abrió sus hermosos ojos chocolates como platos en un gesto de sorpresa.
– Si mi amor… es papá – alcanzó a decir antes de soltar una lágrima – Se comenzó a mover en cuanto escuchó tu voz – dijo sonriente. En ese momento se puso de pie y caminó hasta mí.
– No… no te pongas de pie Bella por favor – la interrumpí poniendo mis manos enfrente, ella se paró con un gesto muy triste – Debes estar en cama. Yo solo vine a traer el helado… Será mejor que me vaya…– dije mientras caminaba hasta la puerta. Eso era exactamente lo que debí hacer hace muchos minutos atrás, irme… Mejor dicho nunca tuve que haber entrado y verla. Me afectaba verla tan hermosa, tan etérea, tan lejos de mí.
Debía salir de inmediato de esa habitación, no me podía permitir esa clase de acercamientos. Si me quedaba un solo segundo más mi voluntad flaquearía irremediablemente y caería de rodillas pidiéndole perdón y suplicando que me deje volver, y eso estaba prohibido para mí.
Dejé la bolsa del helado junto a una mesita con fotos cerca de la puerta. En el momento que iba a cruzar el umbral de la misma, escuché un sollozo.
– Edward…– era su voz, aquella hermosa voz que tanto extrañaba…– No te vayas…– susurró...


Canciones del capítulo: Same Mistakes - James Blunt
                                       Tears and Rain - James Blunt





Capítulo 28: Tarde

– Mi pequeña – susurró con su voz aterciopelada mientras acaricia mi vientre – Mi pequeña Bella, la mujer que tanto amo está trayendo a la vida a la otra mujer que amo, nuestra bebé. Sé que estas adolorida pequeña, pero pronto pasará. Tu cuerpo ahora está pasando por mucho dolor, lo sé – sentí su otra mano acariciar mi cabello, un escalofrió recorrió mi cuerpo con fuerza – Este mismo cuerpo que yo tomé como templo de mi adoración es el mismo que ahora está ayudando a nuestra hija a nacer. Aquel pedacito de luz que vino de nuestro amor y entrega infinita está llegando para alumbrar nuestra vida mi amor, lo estás haciendo bien. Respira mi pequeña, estoy aquí contigo… Te amo mucho Bella, gracias por este hermoso regalo. Te amo…– finalizó dejando un tímido beso en mi cabello. La respiración se había ido al carajo desde que Edward había empezado a hablar, sus palabras me dejaron con el corazón hinchado de felicidad y los ojos rebosantes de lágrimas. Quise voltearme y abrazarlo, decirle que lo amaba, que la bebé nos necesitaba a ambos pero no pude. Mi corazón aun no perdonaba del todo a Edward…

Canciones del capítulo: Memories – Within Temptations
                                    Elizabeth – Trading Yesterday






Capítulo 29: La Verdad Que Faltaba

En cuanto entré por esa puerta y vi que el ángel que me cautivó era el mismo demonio al que debía destruir supe que no sería capaz de hacerle daño. Me fui enamorando de aquella joven hermosa de a poco, con nuestras citas con los palillos chinos y las cenas en La Bella Italia. La castaña a quien había jurado hundir había robado mi corazón, me había enamorado de ella – Bella soltó unas cuantas lágrimas que yo rápidamente limpié.
– Muy dentro de mí sabía que algún día ella sabría de alguna forma la verdad, intenté por todos los medios protegerla de la misma pero fallé terriblemente. Me sentía feliz a su lado, ella me daría una hija y yo le propondría matrimonio pronto. La amaba, la amaba demasiado, era mi vida… – mi voz se rompió.
– ¿Por qué nos mentiste Edward? – preguntó pasando una mano por mi rostro. Yo solo cerré los ojos.
– Porque al decirle la verdad sabía que ella se iría de mi lado.

Canciones del capítulo: More Time - Needtobreathe
                             Smile - Uncle Kracker




Capítulo 30:


Regalos Inesperados Parte I

– No hasta que no haga lo que vine a hacer – se envaró y me sonrió – Me quitaste a Edward y ahora yo te quito la vida – muy despacio se acercó a mí y susurró – Despídete de esta zorra y tu bastardo – Dio un paso hacia atrás y ladeó un poco la cabeza - Adiós Bella.
Nadie tuvo tiempo de reaccionar, dos sonidos secos se escucharon en el lugar. Recuerdo haber cerrado los ojos haberme movido rápidamente para proteger a mi pequeña y a mi hija de lo que supuse eran disparos. Aquellos disparos que estaban destinados a robarle la vida a los dos seres que más amaba…
–Edward – gritó Bella en cuanto me desvanecí cayendo en un charco de sangre a mis pies… – ¡Mi amor no! – fue lo último que escuche antes de perder del todo el conocimiento.


Esa tarde mi último regalo no era una casa, no era mi corazón… mi último regalo era mi vida.





Regalos Inesperados Parte II

– No es posible – musité en cuanto vi en una de las paredes mi nombre grabado junto a unas pequeñas huellitas de bebé – ¿Qué es este lugar?
Seguí dándole un vistazo a la habitación rosa, hermosa como en mí sueño. Llena de peluches en el suelo, y con otra E enorme muy cerca de la pared de la cuna. Estaba impactada… Este lugar no era real, se veía muy hermoso como para serlo.
Me senté un momento en la mecedora y una lágrima rodó por mi mejilla. Recordé el sueño en el que le daba el pecho a mi hija mientras le cantaba.
– Era en este lugar. Yo he soñado con este lugar mi bebé – susurré casi hipando. Casi enseguida escuché un sonido fuerte proveniente del piso de abajo y me puse de pie al instante.
– Es papá, vamos a buscarlo – dice mientras tocaba mi vientre y sonreía.

Había llegado el momento de que al fin el corazón volviera a tomar el control


– He hecho muchas promesas en mi vida – le hablé al oído mientras la estrechaba en mis brazos con fuerza – De ellas, dos han marcado mi existencia: La primera fue destruir a tu familia, y la segunda era alejarme para siempre de ti… Pero, Bella mi amor… Yo he sido demasiado débil para mantener las dos – Mi voz se rompió y no pude contener mis sollozos. Así como un día un muro cayó… esta noche una promesa se rompía.
Ella se apartó enseguida de mí y me miró con sus hermosos pozos chocolates llenos de lágrimas.
– Amor ¿De qué hablas? – preguntó mientras acariciaba despacio mi rostro. Yo cerré los ojos un momento. Dios, perdóname por lo que voy a hacer pero no puedo más…
– Dile que lo siento...– dije con voz rota – Tú que eres un ángel, habla con Él, yo no puedo. Habla con Dios y dile lo intenté… que soy solo un humano, un muy débil humano y que no soporto más esto… Dile que lo siento mi pequeña…
– Edward – sollozó nuevamente. Yo abrí los ojos y acaricié su cabello enseguida.
– ¿Le dirás al menos que lo intenté? – Pregunté. Ella acarició mis mejillas y secó mis lágrimas – Dile por favor que nunca he sido fuerte y que tampoco lo seré jamás. Dile que no soy lo suficientemente valiente para mantener la promesa que le hice pero que al menos lo intenté. Y dile… Dile también que me cansé de vivir sin ti. – En ese momento apoyé su frente con la mía, nuestras lágrimas se mezclaron al igual que nuestros sollozos – Lo siento Bella... Lo siento tanto mi pequeña pero no puedo vivir sin ti...no sé hacerlo...– Finalicé besando su frente.
– Edward… Te amo… no me dejes – sollozó con fuerza mientras tomaba una de mis manos y la ponía sobre su vientre. Yo negué despacito – Vamos a ser papás mi amor… – sonrió levemente al sentir a Elizabeth moverse, yo fijé mi mirada en su vientre y sonreí con ella – Y yo… – dijo mientras tomaba mi barbilla y alzaba mi rostro para que de esta manera yo me pierda en sus profundos ojos cafés – Y yo orgullosa usaré un anillo y llevare tu apellido si tu prometes nunca más alejarte de mi lado y amarme por el resto de nuestra vida – En ese momento tomé nuevamente su rostro entre mis manos y me acerqué despacito a ella.
– Te voy a amar toda la vida mi pequeña…– susurré sobre sus labios – Si aceptas a este tonto que de rodillas esta noche te pide perdón, hemos de volver al inicio. Te amo Isabella Swan…
– Volveremos al inicio mi amor – me respondió sollozante – Pero esta vez no seremos dos, sino tres. Te amo Edward Cullen…

Canción del capítulo: The Scientist - Coldplay





Capitulo 31: Juntos, seremos una familia

– ¿En qué piensas? – preguntó mientras recostaba su cabello en mi pecho.
– En las cosas que quiero – respondí besando sus cabellos y abriendo los ojos.
– ¿Y qué quieres Edward? – preguntó alzando un poco su cabeza y mirándome fijamente.
– Quiero que vengas a vivir conmigo Bella, quiero que esta casa se convierta en nuestro hogar, quiero que tú seas mi esposa, quiero darle a nuestra hija una familia, quiero demostrarles lo mucho que las amo. Quiero muchas cosas Bella… ¡Muchas! Y todas las quiero vivir contigo ¿Aceptas vivir conmigo Isabella? – Le pregunté mientras besaba su frente.
– Si…– susurró despacito – Si quiero vivir contigo, aquí… en nuestra casa – Sonreí al escuchar sus palabras y de inmediato la abracé. La escuchar sollozar levemente pero yo sabía que ella no estaba triste. Después de tantas semanas alejados y de tantas cosas que nos sucedieron podía asegurar que sus lágrimas no eran de tristeza. Mi pequeña lloraba de felicidad. Sequé sus lágrimas con mis besos mientras en silencio le agradecía al cielo por tan hermoso regalo.
Mi amor Bella
Mi hija Elizabeth
Mi familia…










Me he hecho a la idea que este pequeño será mi salvavidas. Al principio fue difícil para mí aceptarlo pero el bebé era una parte de mí y aunque no fuese concebido con amor, con el amor con que yo esperar concebir los hijos que le daría a Edward, al final era mi hijo… un pequeño inocente que no pidió venir al mundo.
Y aunque el amor a mi hijo me ayude a llevar esta vida de una manera menos dolorosa, no podrá suplir jamás la ausencia de Edward en mi vida. Aquel hombre que me salvó, que me amó, y a quien yo también estaba salvando, a quien con mi último sacrificio le estaba permitiendo seguir siendo feliz…aquel hombre viviría por siempre en mi recuerdo y en mi corazón.


Canción del capítulo: Make you feel my love - Adele



– Creo que lo supe desde el momento en que te vi esa mañana en la puerta giratoria de la editora, una voz dentro de mi cabeza gritó ¡Ella es! ¡Ella es la indicada! Pero al principio yo ignoré toda señal. Yo quería hacer esto hace mucho tiempo, siempre retrasándolo para cuando llegara la ocasión especial, el momento perfecto para hacerlo… pero que más perfecto que tener junto a mí al amor de mi existencia y a mi hija en un día como hoy – yo acaricié su mejilla, ella solo me sonrió – Quizás no sea lo que esperabas, pero esto es todo lo que soy, y lo que quiero para mí.
– Amor… – sollozó despacito. Lentamente puse una rodilla en el suelo y de mi bolsillo saqué la cajita con el anillo. Bella me miró con sus ojos llenos de lágrimas y sonrió.
– Hace 50 años atrás, mi abuelo compró un anillo. Era para Marie Morgan la joven que había robado su corazón. Hoy, tengo frente a mí a la nieta de aquella joven, quien también robó mi corazón – hice una pausa y respiré profundamente – Isabella Swan, prometo amarte con devoción todos los días de mi vida… ¿Me daría la madre de mi hija el inmenso placer de convertirse en mi esposa? ¿De ser mi amante, mi amiga, y confidente para siempre? – hablé despacito mientras sacaba el anillo de la cajita. Sostuve el anillo entre mis dedos a la espera de su respuesta.
– Sí… si quiero – fue su sencilla respuesta. Yo sonreí y tomé su mano. Deslicé aquel perfecto anillo en su dedo y luego lo besé. Bella sollozaba mientras reía, yo acuné su rostro entre mis manos y la besé...
– Isabella Cullen – le sonreí mientras tocaba su pancita – ¿Verdad que suena hermoso el nombre de mamá? – Mi hija estaba muy tranquilita allí dentro, como dijo Bella estaba disfrutando de su mundo de colores.
– Suena perfecto para mí – susurró Bella – Voy a ser tu esposa, una Cullen…
– Mía para toda la vida – le dije mientras la abrazaba. 





Capítulo 34: La luz de mi vida


– Te amo Isabella Marie Cullen – le susurré al oído mientras lentamente bailábamos.
– Te amo Edward… gracias por amarme también – me respondió. 

                                                              Have I told you lately that I love you - Van Morrison
                                                              Can't help falling in love - Elvis Presley
                                                              I'll be - Edwin McCain
                                                             L.O.V.E - Nat King Cole




Los años comenzaron a pasar junto a mi papá y aquél piano. Mientras practicábamos papá solía anécdotas graciosas sobre su luna de miel en Bahamas con una pequeña de ojitos verdes. A veces me hablaba sobre las estrategias del ajedrez que había aprendido de su abuelo Edward, y otras tantas solo nos dedicábamos a tocar en silencio hasta que la partitura fuese interpretada de manera correcta en su totalidad.

No nos dimos cuenta cuando sentados en ese piano llegó el día de la graduación del instituto. ¿Cómo el tiempo se nos había pasado tan rápido? Su pequeña había crecido, había tenido unos cuantos novios a escondidas, le habían roto su corazón en un par de ocasiones, pero para sus ojos, yo seguía siendo aquella bebé que entre sus mantitas se escondía cuando quería jugar. La bebé que les había salvado la vida de muchas formas como en repetidas ocasiones me lo repetía mamá.





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